Apenas 90 minutos después de haber perdido la semifinal en manos de Brasil, los Toros debieron salir nuevamente a la cancha para pelear por la medalla de Bronce. Enfrente estaba Serbia,

a quien Francia le había arrancado la ilusión del bicampeonato. Argentina y Serbia ya se habían enfrentado en la zona de grupos, con triunfo para los Toros. Esta vez, el resultado fue inverso. El cansancio y la diferencia física fueron claves para que los serbios se impusieran por 20-15.

 

A pesar de las adversidades, los Toros mostraron fortaleza, dejaron hasta el alma y pelearon hasta el final, incluso con la hinchada –y el árbitro- en contra. Este cuarto opuesto no opaca la actuación de los Toros en su primera presentación mundialista. Los argentinos fueron la revelación del torneo y se ganaron el respeto de todos sus rivales.

La historia de la Argentina en los Mundiales Universitarios ya se está escribiendo y los Toros ocupan un espacio más que destacado. 

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