Eso que antes se trataba de una elección entre una u otra, hoy la flexibilidad que brindan las modalidades online de la Universidad Siglo 21, permite que muchos deportistas puedan estudiar y conseguir un título universitario a la vez que siguen avanzando en su carrera deportiva.

 

Un gran ejemplo de ello es Maximiliano Fuentes, quien durante el mes de julio tuvo la increíble posibilidad de participar de los Juegos Olímpicos Universitarios en la ciudad de Gwangju en Corea del Sur junto al Seleccionado Argentino de tiro con arco, con quienes lograron el noveno lugar en la categoría de equipo masculino.

Juan Manuel Fangio, reconocido automovilista argentino, una vez dijo: “siempre hay que tratar de ser el mejor, nunca creérselo”, una premisa que lo acompañó durante sus años de carrera, caracterizando su humildad. Décadas más tarde, nos encontramos con que esa misma humildad forma parte de la personalidad de Maximilano, un gran referente de tiro con arco de la provincia de Córdoba y actual alumno de Contador Público en nuestra Universidad.

Entrevistamos a Maximiliano para conocer un poco más sobre su experiencia en esta competencia de alto rendimiento.

¿Qué significó para vos participar de esta competencia?

Maximiliano Fuentes (M.F): “La participación en un evento de esta magnitud fue algo extremadamente gratificante y educativo. Desde mi punto de vista, una experiencia única que lo hace crecer a uno como persona. Este tipo de experiencia en la vida es de las que uno recuerda por siempre, que nos permite madurar de formas inimaginables. Son experiencias que se dan como fruto de un arduo trabajo, muchas veces frustrante, pero nunca debemos olvidar que nada de lo bueno en la vida se logra sin sacrificio”.

¿Cómo fue la experiencia de hacer este viaje?

M.F: “Fue un viaje de 15 días, en los cuales compartimos con la delegación Argentina (conformada por 100 deportistas y 20 oficiales) momentos excelentes, tanto afuera como adentro de las prácticas y competencias. El grupo humano de trabajo fue realmente excelente. Nos hospedamos en la villa olímpica, un complejo de edificios con 2 departamentos por piso con comedor, gimnasio, sala de juegos, centro de ceremonias, centro de información para conocer la ciudad y centro de recreación. Fueron 15 días donde realmente disfrutamos de las competencias propias como las de nuestros compañeros de una forma tan grande que las 30 horas de viaje fueron casi inexistentes. Vivimos momentos únicos; competimos contra rivales de primer nivel internacional; compartimos experiencias inolvidables; conocimos un país con muchísima cultura e historia, y un sinfín de actividades que hicieron de este un viaje maravilloso”.

¿Cómo llegaste a ser parte de la competencia?

M.F: “Para ganar el cupo, uno masculino y uno femenino para este deporte, se realizó un torneo evaluatorio entre todos los que cumplíamos con los requerimientos: ser estudiando y tirar con arco. El tirador que ganara el torneo obtenía el cupo.

¿Cómo fue tu preparación física?

M.F: “El entrenamiento consiste en tres horas de tiro 5 o 6 veces a la semana, más una hora de físico 3 veces a la semana, para el tiro con arco particularmente”.

¿Cómo te organizaste con tus obligaciones académicas?

M.F: “No tuve mayores inconvenientes porque al cursar a distancia pude rendir los parciales de forma anticipada”.

¿Cuáles son tus planes a futuro en el campo del deporte?

M.F: “Continuar el trabajo en la Selección Nacional, y el entrenamiento intensivo para mejorar mis marcas y poder ser más competitivo a nivel internacional”.

¿Qué consejo le darías a los estudiantes que buscan convertirse en deportistas de alto rendimiento como vos?

M.F: “Que ser deportista universitario es una etapa única y se debe animar. Poder se puede, pero requiere sacrificio, organización y dejar de lado otras cosas que también nos gustan pero que seguramente no amamos tanto como el deporte que queremos practicar. Quizás algún asado, joda o evento recreativo. Nunca es tarde creo yo, siendo realista con los objetivos y planificando semana a semana, podemos lograr muy buenos resultados y vivir esta experiencia de ser deportista universitario que lamentablemente es poco común en Argentina.

Para finalizar Maximiliano concluye en que “ser deportista universitario es uno de los más gratificantes sacrificios que una persona puede tener: requiere de esfuerzo, compromiso y pasión por lo que uno ama, logrando con esta mezcla crecer tanto en lo educativo, en lo deportivo como a nivel personal”. Además, considera que “son gratificantes y nos preparan para luchar un futuro con bases muy sólidas de trabajo duro, respeto a las reglas y tantas otras virtudes que el deporte nos enseña, y la vida nos exige”.

Fuente: Identidad 21

 

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