45 años del inicio del Golpe de Estado. 45 años del día en el que la dictadura militar, autodenominada Proceso de Reorganización Nacional, usurpó el gobierno en 1976 e inició la época más sangrienta de nuestra historia. 30 mil desaparecidos. Entre ellos, muchos estudiantes y deportistas. ¿Cómo era vivir durante esos años?

Argentina atravesaba una crisis política, social y económica, habiendo sido derrocado el gobierno de María Estela Martínez de Perón, se impuso, desde 1976 a 1983, una violencia nunca antes vista sobre la sociedad de nuestro país. Pero el 15 de octubre de 1982, en el estadio Luna Park de la ciudad de Buenos Aires, sucedería un hito que marcaría la historia del deporte y de muchas de las personas que allí estuvieron.

“Recuerdo que estábamos haciendo la entrada en calor para jugar el último partido por el tercer puesto, por la medalla de bronce contra Japón, y empezamos a escuchar desde las tribunas: “el que no salta es un militar”, o “se va a acabar, se va a acabar, la dictadura militar”. Nosotros estábamos abajo de las tribunas y veíamos cómo se balanceaban y movían, con el fervor de la gente, que se expresaba, que se manifestaban. Eso a mi me dio mucho orgullo, porque el vóleibol estaba, de alguna manera, pudiendo darle lugar a esa catarsis y brindando esa posibilidad de que la gente diga lo que no pudo decir durante un montón de años” expresa Waldo Kantor, actual entrenador de la selección masculina de vóleibol de FeDUA e integrante de aquel plantel que consiguió el bronce en el Mundial de Argentina 82.

15 mil fueron las personas que asistieron ese día al estadio ubicado en la calle Madero y alzaron su voz en frente de la presencia del almirante Carlos Alberto Lacoste, quien fue abucheado y silbado por la multitud. “Fue algo que nunca había pasado con ningún militar. Ellos usaban los eventos deportivos como propaganda, este fue un tiro por la culata”, recuerda Kantor.

Selección Argentina de vóleibol. Mundial 82 durante la dictadura

“Vivimos muchas cosas que tenían que ver con que nos tocaba de cerca la dictadura – agrega – Algunas que no quiero recordar porque me hacen mal y otras, que tienen que ver con anécdotas de situaciones desagradables. El estar entrenando con la selección en un gimnasio de pesas el 30 de marzo del 82, en el centro, en la calle Rivadavia, durante una de las primeras y pocas manifestaciones que se habían hecho, de la gente en contra de la dictadura, y con Julio Velasco desde el gimnasio, vimos correr, escapando de los gases y de la represión, a un amigo nuestro. Yo si no estaba con la selección, hubiese estado con él”.

Durante el 80 y el 83 fue el período en el que Waldo vistió la camiseta celeste y blanca, y a la vez, estaba la dictadura. Durante 1982, en los meses previos al mundial, el plantel tuvo una gira preparatoria en el exterior y el ex armador de la selección comentó cómo vivían esos días, lejos de casa: “Había muchos jóvenes de la camada de los que estaban combatiendo en la Guerra de Malvinas, que tenían miedo de volver al país y ser reclutados. Nos llegaba información contrastada. Veíamos lo que estaba sucediendo realmente y desde Argentina, nos llegaban cartas repitiendo lo que decían los medios, que estábamos bien posicionados en la maldita guerra. Nos daba mucha impotencia ”.

Pero un día terminó el mundial y al haber obtenido buenos resultados, el equipo tenía que ser recibido por el genocida de turno de aquel entonces, Reynaldo Bignone. “Estaba en la casa rosada, y tuvimos que ir. Yo recuerdo que tuve grandes discusiones con mi familia, amigos, y con periodistas, porque no quería ir, no quería participar ni formar parte de la comitiva; obviamente todos me lo desaconsejaron, y fui. Ese sí es uno de los recuerdos más angustiantes y feos que tengo del Mundial 82, de haber estado en ese momento y en ese lugar, con esa persona”, confiesa.

Como el de Waldo, fueron muchos los casos de deportistas que tuvieron que defender la bandera de nuestro país durante los años más oscuros de nuestra historia: “Si bien sentís el orgullo absoluto de ser parte de la elite de tu deporte y con vistas a jugar un mundial, a la vez, vivís la angustia de lo que le esta pasando a tu país. Yo era consciente de eso, viví, me crie y crecí en una familia politizada, progresista y de izquierda. Mis hermanos mayores militaban, yo no porque estaba dedicado al vóley, pero no me era ajeno todo lo que pasaba”, concluye.

Fueron 30.000 los desaparecidos como consecuencia del terrorismo de Estado. Cada 24 de marzo se recuerda a las víctimas de desaparición forzada y asesinato. El deporte no quedó exento y rugbiers, ajedrecistas, basquetbolistas, voleibolistas, tenistas, ciclistas, entre muchos otros, fueron silenciados por sus ideas o posición política.

Por ellxs, por cada unx, desde FeDUA exigimos mantener viva la Memoria, para luchar por la Verdad y la Justicia. Y alzamos el grito de “Nunca más” en repudio a los delitos de lesa humanidad que fueron realizados durante el genocidio ocurrido en la última dictadura cívico militar, en donde fueron violados todo tipo de derechos humanos de las y los argentinos.