“A lo largo de mi vida hice varios deportes;  pasé por el futbol, el básquet y el tenis, hasta que un día mi papá me contó que venía la selección argentina femenina de tenis de mesa con un entrenador japonés a hacer una clínica de entrenamiento. Yo jugaba al ‘ping pong’ en el quincho de mi casa con mi familia y mis amigos, pero nunca había visto el deporte como tal”, recuerda Thomas Giacometti, nacido Villa Mercedes, provincia de San Luis, y estudiante  del profesorado de Educación Física en la Universidad Nacional de Rio Cuarto.

Tiempo después, a sus 15 años, comenzó a jugar. Al principio como hobbie, pero llegó un momento en que quería mejorar y en su provincia no había ningún entrenador que pudiera hacer un seguimiento y correcciones. “Entonces mis padres y yo decidimos invertir en esto que era lo que a mí me gustaba, no solo desde lo económico, sino también desde mi compromiso con el deporte, lo que implicaba dejar algunas cosas de lado, como compartir con mis amigos o exigirme más con el colegio luego de cada viaje”.  Así, Thomas comenzó una intensa vida de viajes a Córdoba y Mendoza para poder entrenar y mejorar su nivel. Llegó a disputar torneos internacionales representando a la Argentina  y realizó el curso de entrenador internacional nivel 1 (ITTF).

Como le sucede a muchos deportistas, cuando terminó el secundario y sabiendo que su prioridad sería el estudio, dejó de entrenar formalmente. Hasta que supo de la existencia de los Juegos Universitarios Regionales: “Fue una motivación para volver a entrenar y dedicarle un lugar más importante al deporte que me había dado tantas alegrías. Ganamos la instancia regional realizada en Santa Fe (2016) y clasificamos a la instancia nacional realizada en el CeNARD (2017). Y así seguimos participando con la universidad en los torneos JUR hasta que llegó la posibilidad, por parte de FeDUA, de asistir a los Juegos Panamericanos Universitarios en San Pablo”. De esa experiencia, asegura que fue inolvidable. “Viví muchas cosas increíbles, momentos compartidos con el resto de la delegación argentina, compitiendo al máximo nivel del deporte universitario y viviendo días maravillosos al lado de grandes personas”.

Como broche de oro, hace algunas semanas se dio el gusto de volver a salir campeón en los JUR regionales en Córdoba y clasificar nuevamente a la instancia nacional. “Ojalá todos los estudiantes  puedan participar de eventos como los JUR, las Universiadas, los Panamericanos y demás competencias del deporte universitario, porque son grandes oportunidades para demostrar que se puede estudiar y hacer deporte al mismo tiempo”.

 “Por mi parte, voy a seguir aprovechando al máximo todas las oportunidades que se me presenten y voy a estar agradecido toda la vida al deporte universitario y a todos los que bregan por él día a día”.

 

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