Te presentamos la nueva sección de FeDUA en la que estudiantes deportistas y miembros de la CoNaED (Comisión Nacional de Estudiantes Deportistas) te cuentan su experiencia. Hoy escribe Aldana Moreno, embajadora FISU y parte de la comisión de géneros y deporte. Leé la nota.

La CoNaED se organizó a partir del interés y motivación de algunos Estudiante Deportistas que nos encontramos con ganas de generar propuestas y aportar a la construcción del Deporte Universitario en nuestro país como lo viene haciendo la FeDUA desde hace varios años.


En octubre del 2018, en el marco de la Casa del Deporte Universitario que se encontró montada en el Parque Olímpico durante el desarrollo de los Juegos Olímpicos de la Juventud (YOG) Buenos Aires 2018, pudimos reunirnos y habitar ese espacio como punto de encuentro. Fue allí que nos re-organizamos en comisiones por temáticas de interés y definimos el nombre que actualmente nos representa: CoNaED, que es la Comisión Nacional de Estudiantes Deportistas.


Desde estos grupos de trabajo, cada une de nosotres realizamos aportes a esta construcción colectiva que es el desarrollo del Deporte Universitario en nuestro país; y así es que, desde la comisión de Géneros y Deporte, actualmente, como una primera instancia de acción, identificamos la necesidad de compartir y difundir experiencias y relatos que aporten contenido a la reflexión en esta temática, porque la construcción identitaria con perspectiva de géneros nos atraviesa a todes.

Por esto es que iniciamos una serie de notas/entrevistas con estudiantes-deportistas que nos contarán sus experiencias y compartirán sus reflexiones sobre el tema.


Dicho esto, compartimos el primer relato de la comisión de Géneros y Deportes con la entrevista a Aldana Moreno, integrante de la misma y jugadora de hockey sobre césped que representó a la Argentina en la Academia Internacional de Líderes Voluntarios 2018.

La cuarta ola nos arrastró hasta el potrero –  Aldana Moreno

Hoy les escribo para contar un poquito de lo que hago en mi día a día desde mi devenir mujer, deportista y primera generación universitaria de mi familia. El orden no es casual, sino más bien causal y producto de lo que soy y, en cierto punto, de lo que mis padres y el contexto quisieron que sea.

Nací y me autopercibo mujer, en un barrio popular de la provincia de Córdoba. En Villa Páez, a dos cuadras de la cancha de Belgrano de Córdoba, un barrio pintoresco de casas bajas, con la gente en la calle donde todes se conocen. La estigmatización y construcción  

de subjetividades es y ha sido moneda corriente; en los sectores más vulnerados es tan fuerte que hasta nosotres mismes las reproducimos a diario. Como primera hija de un empleado de comercio y una vendedora ambulante, con miedos infundados por ser padres adolescentes y en un barrio pobre, decidieron que el club era el espacio de crianza que querían para mí y con muchísimos esfuerzos me dieron ese privilegio.

Así crecí, de mi casa al cole, del cole al club. Con el paso de los años, el cole dejó de ser el cole y pasó a ser la Universidad. Mis viejos no son viejos, como les decía, decidieron ser padres adolescentes así que crecimos les tres juntes, nos formamos a la par. Y año a año, me inculcaron el valor de la educación pública, por convicción y por qué no nos quedaba otra. ¡Y qué bueno que no nos haya quedado otra!

Ya en la Uni, empezás a ver otras cosas. Si uno es culo inquieto, ahí te potencias y si hay algo que siempre me movilizó son las desigualdades, las faltas de oportunidades.

Hace un par de años, con recorrido territorial empecé con la escuelita de deporte. Aprovechando el merendero y les niñes que tenían. Jugamos al fútbol, al hockey o a veces nos sentamos solo a charlar e ir hablando en base a inquietudes que surgían, salieron cosas hermosas; desde poder hacer visitas guiadas a museos, partidos amistosos, hasta llevar adelante un proyecto en donde abordamos los derechos de la niñez. Proyecto que presenté en el marco del Programa Jóvenes Líderes Comunitarios organizado por la FeDUA junto con la organización de los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018; el cual me permitió poder conocer e interactuar con jóvenes de todo el país que también impulsan proyectos de este tipo y además tener el honor de ser relevista de la antorcha olímpica en mi provincia.

Estando en el barrio y el contacto con les pibes, te acerca a las familias y desde finales del año pasado, no sé si por inquieta o coyuntura, o quizás un poco de las dos cosas nos empezamos a organizar con las madres y un par de pibas más.

Fue remarla un poco, para algunas no es fácil salir de la casa; porque les toca cuidar de sus hijes, hacer trabajo doméstico o simplemente porque a sus maridos no les pinta. Con intentos fallidos de “taller de cocina”, digo fallido porque la primera vez fuimos solo tres contándome a mí y con parates en el medio por la frustración seguimos poniéndole y se formó la grupa de mujeres.

La grupa es nuestro momento de reunión. Donde hacemos de los sábados a la siesta, EL MOMENTO. Jugamos al fútbol en la plaza del cementerio municipal, tomamos mates, comemos facturas y vamos a la cancha a ver al Pirata.

En muy poco tiempo y encuentro tras encuentro, se fue institucionalizando. Somos una red feminista de mujeres y disidencias de Pueblo Alberdi – tierra comechingona (Villa Páez, Alberdi, Alto Alberdi y Marechal). Nos pronunciamos por el feminismo ya que estamos atravesadas por la violencia machista en nuestros hogares, en nuestros trabajos, en nuestras escuelas, en nuestro barrio y nos organizamos para cambiar la injusticia estructural. Y es por esto también que elegimos que el fútbol sea lo que nos reúna. Consideramos que ha sido durante años la trinchera del patriarcado, “meternos en sus canchas”, en cierto punto nos empodera. Ahora no solo jugamos, también discutimos y generamos contenido. Cuando digo que se institucionalizó, es real. Estamos vinculadas con Belgrano feminista, participamos de las mesas redondas, de las asambleas del club y  

estamos impulsando distintas actividades en el barrio.

El 9 de septiembre hacemos una peña de artistas mujeres y disidentes, como primera instancia para recaudar fondos para viajar al Encuentro Nacional de Mujeres en La Plata. Estamos chochas y el entusiasmo se contagia rapidísimo, en nuestro caso soy la única que ha ido a los Encuentros, así que están todas re ansiosas por saber de qué se trata”
Continuará…

Aldana es un ejemplo. Estudiante, deportista y muy activa en la creación de actividades que promuevan la integración social. Aldana es una auténtica embajadora de los valores del deporte universitario.

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