A Giselle Piamonte le encantaba acompañar a su mamá al comedor donde colaboraba como voluntaria. Es que ir los sábados significaba jugar a la pelota todo el día con los nenes del barrio. Ni se imaginaba que algunos años más tarde se colgaría una medalla dorada de Campeona Sudamericana en los Juegos Universitarios Miramar 2016. Entre aquellos días en el comedor de Gerli y este presente, a pocas semanas de los Juegos Universitarios Panamericanos en San Pablo, a Giselle le pasaron varias cosas. Hasta cambió de deporte. “Yo jugaba al handball y al futsal. Tuve la suerte de quedar seleccionada para ir al Mundial Universitario de Futsal en Goiania y quedé encantada; así que, cuando volví, seguí jugando un semestre al Handball en donde estaba fichada y después me fui a Huracán porque estaba el técnico Diego Baliña y sabía que con él iba a aprender un montón. Eso era lo que quería yo, aprender.”

Hoy, Giselle juega en Huracán y estudia la Licenciatura en Actividad Física y Deporte en la UNDAV. Fue en la Universidad donde se acercó al deporte que la encantó: “Un día, caminando por la universidad,  vi en un folleto que había prueba de jugadoras de futsal; me acuerdo que fui, que me moría de vergüenza, pero las chicas de Futsal Femenino de la UNDAV hicieron todo para que yo me sintiera parte, ahí arranqué a entrenar con ellas y Leandro Tomba”.

Su paso por la Universidad la llevó a la selección universitaria y a jugar un mundial en Brasil. “Yo no podía creer lo que estaba viendo, había jugadoras de jerarquía de todos los países”, recuerda. “Me acuerdo de esa sensación de nervios, de ansiedad que me agarraba cada vez que estábamos por entrar a la cancha. Es increíble todo lo que te produce el futsal. También recuerdo el gol que le hicimos a Nueva Zelanda en el último minuto y eso hizo que ganemos el partido 4 a 3.”

Eso fue dos años atrás, en el 2016. Ese mismo año vistió la celeste y blanca en los JUSBA, dos experiencias que la ayudaron a crecer a nivel deportivo y personas. “La vida se trata de sensaciones y ambas competencias me hicieron feliz”, asegura. “En el sudamericano salimos campeonas y lo que recuerdo es siempre lo mismo. a los entrenadores diciendo ‘la entrega no se negocia, vos podés perder o ganar, pero nunca te tenés que quedar con la sensación de qué hubiera pasado si hubiera hecho esto o lo otro; este es el momento para dejarlo todo’. Esa frase es la que me quedó para todo en la vida”.

Del 19 al 29 de julio se disputarán, en San Pablo, los FISU América Games, los primeros Juegos Universitarios Panamericanos. Giselle lucirá una vez más la camiseta argentina y tiene buenas expectativas. “En lo personal me veo mucho mejor que en el mundial del 2016, creo que nos va a ir bien porque tenemos muchas más herramientas a la hora de jugar que las que teníamos hace dos años”.

¿Qué significa el Deporte Universitario en tu vida? ¿Qué posibilidades te brindó?

El deporte universitario representa mi vida. Creo que si no existiera el Deporte Universitario, hoy no estaría donde estoy.  Haber salido campeona del deporte que te apasiona, con la celeste y blanca y siendo universitaria, es un premio que valoro muchísimo. Me hizo muy feliz.